jueves, 21 de octubre de 2010

Sin título, por José María Vázquez


Siete de la tarde, hall de la Escuela. Como solía ocurrir, salíamos para tomar unas cervezas en el Bahía, y en ese momento llegaba Jesús. El ritual se repetía, charlábamos un rato y le decía “Vamos a tomar unas cervezas, apúntate”, a lo que solía responder “Bueno si puedo luego me paso”. Esta invitación se repitió durante años y solo recuerdo un par de ocasiones en las que pudimos disfrutar de esas cervezas en el Bahía. Jesús era una persona, todos lo sabemos, de horarios cambiados, pero a pesar de sus incomparecencias siempre le repetíamos la invitación. Con cualquier otro, al cabo de un tiempo no hubiera insistido pero con Jesús estas incomparecencias se volvían totalmente perdonables. Era sobre todo, una buena persona.
Bueno Jesús no te digo "descanse en paz" ni "no te olvidaré", porque no lo puedo saber, pero si te aseguro que cuando quiera recordar a alguna persona buena, seguro que me vendrás a la mente.

Chema

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