jueves, 14 de octubre de 2010

Gracias por ser como eres, por Antonio Álvarez Fernández-Balbuena

Escribo dos meses después de que tu padre dejase de fumar. Aunque se haya ido, yo sigo pensando que algún día lo veré con su sonrisa desdentada. Precisamente ayer un grupo de buenos amigos fuimos a “brindar con él” al Iron, Daniel pidió a Fernando que le pusiera una cerveza a Jesús y uno u otro estábamos atentos a que estuviese siempre lista. Parece men-tira pero me daba la impresión que bajaba la cerveza. ¿Estás ahí?, me preguntaba para mí. Esta vez nos fuimos antes de que cerrasen… ¡Contigo eso no pasaba! Amistades desinteresadas como la tuya hay pocas. Gracias por ser como eres.

Awita, ahora tienes dos años, naciste un día después que mi hijo y eso siempre lo recordábamos contando nuestras anécdotas de vuestras travsuras, como la tuya de esconderte en un armario detrás de la ropa sin decir ni mú. O también cuando tu padre te sentó en la silla de paseo sin atarte y va y se pone a bajar unos escalones, el resultado es que vas de cabeza al suelo, por suerte sólo con el susto. Él recibe el correspondiente castigo de Ferdulí manteniendo su perenne sonrisa, según me cuenta.

¿Conoces las elipses de Mac Adam? Otro asunto espinoso del que te hablaré si un día te apetece pasar por la Escuela Universitaria de Óptica, donde trabajaba tu padre. Allí tienes tu casa y cuando quieras o necesites algo allí estoy para ayudarte, contarte, escucharte, enseñarte… El COLOR era una de las pasiones científicas de tu padre, le agradezco las charlas en la asignatura que me dio de color y la pasión que transmitía dando clases. Nunca me podré explicar cómo lo hizo pero le hice una pregunta en la primera clase y respondiendo la misma -¿Porqué se basa la colorimetría en 10 patrones únicamente?- va y nos cuenta toda la materia en un solo día. ¡Increíble!.

Jesús, amigo, los “seminarios” nunca serán lo mismo sin ti pero seguiremos yendo los jueves que nos dejen a brindar contigo

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