viernes, 15 de octubre de 2010

Mi vida con el Yesus, por Juan Antonio Quiroga

Jesús con Jose Alonso

Los colegas de Jesús en el comienzo de la tesis. De izquierda a derecha: Héctor Guerrero, José Alonso, Agustín González, Juan Antonio Quiroga y Tomás Morlanes.
Querido lector, para una mejor ambientación, imagínate que estamos en un garito de los bajos de Arguelles, de cuyo tigre mejor no hablar, acodados en la barra mientras le recuerdo al viejo camarero aquel gran cliente que se marcho para no volver.
Conocí a Jesús Zoido al comienzo de la carrera, allá por el 83. No recuerdo bien cuándo, pero lo que sí recuerdo es el extintor que se abrió en el aula magna en plena clase de Fisica General cuando estábamos en 2º y ya éramos veteranos. Como se puso el buen Paco Abadia¡¡¡, por aquella época bedel de la facul y hoy en día San Pedro de la facultad.
Definitivamente nos hicimos más íntimos en la especialidad de Materiales del 87 al 89. Hicimos casi todas las prácticas juntos o con Francisco Simón ¡¡qué buen trabajo sobre guías de ondas en el rango de microondas!! Hay que decir que el buen Jesús disponía de un procesador de texto buenísimo, que estoy casi seguro que era un Amstrad PCW[1] y que era la envidia de la muchachada de la especialidad y el cual nos permitía hacer unos trabajos de lo más dignos. Ni me acuerdo el número de tardes que pasamos en la habitación de Jesús con el famoso ordenador
En el 89, tras terminar la carrera, me marche a la mili, un año entero. Mientras tanto Jesús se había alistado en el departamento debido a la influencia de Héctor Guerrero, (que además me consiguió un enchufe en el cuartel) y empezó su tesis con Eusebio Bernabeu como director. Durante servicio militar cada fin de semana que bajaba no dejaba de hacerle una visita a la cueva al buen Jesús, para posteriormente irnos a degustar unas birras por la zona de Reina Victoria, al Iron, Carihuela, el Gallo…. La cueva era (y es) un espacio cedido a Bernabeu para sus proyectos de investigación situada en la antigua vivienda de un bedel de la facultad. En un principio (y más bien hasta el final) tuvimos como vecino al Churry, un bedel histórico que compartía piso con su mujer, su hija y su cuñado “el argentino” (todavía me lo encuentro de vez en cuando por Químicas). El rellano era territorio de las coladas del Churry y la moto del argentino.
Dadas las comunes aficiones baristicas con Jesús y el hecho de que teníamos amigos de la carrera en el Departamento de Optica (el mencionado Hector Guerrero y  Juan Carlos Martinez) acepté una oferta de Bernabeu para trabajar en una tesis. Así que en cierto modo Jesús fue el culpable de mi destino reciente (a veces no se qué pensar).
De esta forma y de este modo en el 90 empecé a trabajar en un grupo muy joven junto con Jesús en el cual ademas de los mencionados andaban Jose Alonso y Agustin Gonzalez. Con Jesús publiqué mi primer artículo[2], que también fue su primer trabajo en el ámbito de la colorimetría, tema en el que se centraría a partir de ese momento.
Hay gente del grupo que no lo sabe, pero Jesús empezó siendo un experimental desarrollando un sistema de iluminación tricolor LED que cambiaba su color mediante el control de la corriente de inyección de los leds. También es famosa de esa época la señal de trafico led (100-200 leds?) completada en tres días sin casi dormir ante el asombro del personal, creo recordar que la empresa que hizo el encargo nunca pagó (jajaja), pero eso nunca le importó a Jesús, ya que lo que más le gustaba es que la había terminado a tiempo (seguro que a algunos les suena esto).
Pues bien, el artículo iba sobre una forma de hacer medidas colorimétricas mediante una cámara CCD en color que pasaba por calcular la inversa de una matriz rectangular, en realidad la pseudo inversa. Esta operación está muy bien definida bajo un criterio de minimos cuadrados, pero a nuestro buen Jesús nunca le entró en la cabeza y no hacía más que intentar explicar el tema de mil maneras para no usar la famosa pseudo inversa. En un momento dado le mandé a hacer puñetas y escribí el paper (si no todavía estaríamos discutiendo) casi en contra suya (de nuevo, seguro que esto le suena a más de uno).
Los tiempos de nuestras tesis fueron los mejores años que pasé junto a Jesús. Recuerdo muerto de risa el viaje a Checoslovaquia (jóvenes, busquen en la wikipedia) a visitar a Pavel Cheben y al gran Parto. Jesús fue en coche con Jesús Marín y Cristina Millet mientras que yo fui con Miguel García en interrail. Las peleas de los Jesuses, las cervezas que nos echamos, los líos para conseguir gasolina, la madre de Pavel…También de esa época son las tardes-noches en la pensión en que se había convertido la casa que compartía con Cristina cerca de la casa de la Moneda (Peñascales?) con el Simon como parada obligatoria. La boda de Héctor vestido de torero y José camino de la UCI del salón de Jesús. Hay que ver como aguantaba Cristina a todos los amigotes, y había unos cuantos¡¡¡
También de esa época son los viajes a la cueva de piratas que era el pueblo de Jesús, Valverde del Camino, ¡¡qué amistades peligrosas!! ¡¡que hostia se metió Jesús en el Castillo!!
Todo este periodo quedó marcado por la muerte de Luis, el hermano pequeño de Jesús. Siempre he creído que esta tragedia supuso un momento en su vida del que no salió igual que entró.
Ya estamos en el 95, año en el que me marché de PostDoc a Alemania doce meses. Durante este tiempo no paraban de llegarme noticias de Jesús y del proyecto de tesis en que se estaba embarcando junto con Fernando Carreño. Muy a su modo, se implicó a fondo, bueno, más que a fondo, a tumba abierta. Cuando regrese en el 96 y hasta el final de sus tesis en el 97 tuve ocasión de discutir a menudo, no sobre la tesis, que confieso no haber entendido nunca[3], sino sobre lo oportuno o no de terminarla, pero siempre había algo mas que hacer, un calculo mas por realizar, una idea fundamental mas que poner blanco sobre negro. Jesús siempre me decía: “¡¡Quiroga, eres el tío mas pragmático que conozco!!, tienes razón, pero es que….”, se tomaba otra cerveza y por supuesto no me hacia ni puñetero caso.
Tras el final de su tesis consiguió una beca a través de Bernabeu para pasar un año en el Real Colegio Complutense de Harvard. En palabras del buen César Queral, “regresó casi normal” pero ye empezamos a vernos de manera más esporádica y aunque siempre estaba César para convocarnos, los horarios de trabajo de Jesús no ayudaban.
Pero estoy hablando de Jesús Zoido Chamorro, por supuesto no se quedó quieto y decidió hacer un viaje a Dakar en vespa con su amigo Jedu, y este es el comienzo de la última parte de su vida. La parte africana. La verdad es que en su momento el viaje me pareció una locura más de Jesús y estaba convencido de que no la llevaría a cabo, un proyecto loco más…Sin embargo la ejecutó y es algo que siempre le envidiaré. En ese viaje se enamoró de Africa, me refiero al Africa negra, a partir del río Senegal. La cultura magrebí nunca le gusto demasiado. Tanto le gustó Senegal que un poco más tarde (2003?) decidió regresar a Senegal con César y ahí fue donde conoció a Ferdulis, su futura mujer. De nuevo me empezaron a llegar extrañas noticias de Jesús y de su ultima afición: las máscaras africanas. En medio de un mar de dudas de si lo que hacia era un expolio o un acto de conservación, gracias a los conocimientos de Ferdulis y de su maña con la fotografía (siempre fue muy aficionado, con su local en la calle Maudes) empezó a catalogar toda la obra. De nuevo se puso manos a la obra a su forma, implicándose a tope. Pasando noches y noches fotografiando, discutiendo. Un viaje a Senegal con Ferdulis (circa 2007) no hizo mas que aumentar su interés por la cultura centroafricana y de nuevo los proyectos locos. Tras la boda con Ferdulis estuvo rondando organizar un viaje a Gabon con familiares y amigos (ése si que no me lo hubiese perdido) que finalmente no salio. Tras sufrir en sus carnes las dificultades que afronta cualquier inmigrante a través de la familia de Ferdulis estuvo pensando en renunciar a la nacionalidad española. En 2008 nació su hija Awa y pense, a lo mejor sienta cabeza, se centra en su trabajo y se vuelve normal, pero de nuevo Jesús no podía estarse quieto.
El último de sus proyectos fue la exposición “Negro”[4], de nuevo aquí me sorprendió y gratamente. De nuevo y contra todo pronóstico el buen Jesús fue capaz de organizar, buscar financiación, y finalmente llevar a cabo la exposición. Desgraciadamente apenas le dio tiempo de disfrutar de la inauguración de la exposición pero poco más. El 13 de Julio de 2010 se nos fue.
Como resumen de mi relación con Jesús:
Lo que más me fastidiaba: que siempre llegaba tarde
Lo que más me gustaba: cuando pasaban 5 minutos después de llegar
Nacemos para morir y si hay algo más ahí nos vemos¡¡¡


[2] J. A. Quiroga, J. Zoido, J. Alonso, and E. Bernabeu, "Colorimetric matching by minimum-square-error fitting," Appl. Opt. 33, 6139-6141 (1994)

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